¿Te sientes hinchado, con dolores de estómago e indigestión después de consumir productos lácteos? Podría ser que tu cuerpo esté luchando contra la intolerancia a la proteína de la leche. Aunque la leche y otros lácteos son una fuente importante de nutrientes, muchas personas no pueden digerir la proteína de la leche correctamente. Aquí te contamos todo lo que necesitas saber sobre la intolerancia a la proteína de la leche y cómo manejar esta afección.
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Introducción
La intolerancia a la proteína de la leche es un problema muy común en la población y puede llegar a ser muy incomodo para quien lo padece. A continuación, te explicaremos en qué consiste esta condición y cómo identificarla.
¿Qué es la intolerancia a la proteína de la leche?
La intolerancia a la proteína de la leche es la incapacidad del cuerpo para digerir la proteína de la leche. Esta condición sucede cuando el cuerpo no produce suficientes enzimas para digerir la proteína.
Es importante señalar que la intolerancia a la proteína de la leche no es lo mismo que la intolerancia a la lactosa.
Síntomas
Entre los síntomas más comunes de la intolerancia a la proteína de la leche se encuentran:
- Náuseas
- Vómitos
- Diarrea
- Dolor abdominal
Diagnóstico
Para diagnosticar la intolerancia a la proteína de la leche, es necesario seguir una serie de pruebas y exámenes. Entre ellos se encuentra:
- Un examen de sangre para detectar anticuerpos contra la proteína de la leche.
- Un examen de heces para detectar sangre o células anormales.
- Una prueba de eliminación de la proteína de la leche de la dieta para ver si los síntomas desaparecen.
Tratamiento
El tratamiento para la intolerancia a la proteína de la leche consiste en evitar alimentos que contengan proteína de la leche. Se puede buscar alternativas a la leche, como leches vegetales o productos lácteos sin lactosa.
Es importante, en todo caso, hablar con un médico o un nutricionista si detectamos alguno de los síntomas.