Limburger es un queso semiblando de corteza lavada que se originó en el histórico Ducado de Limburg, ahora dividido en tres países; Alemania, Bélgica y Holanda. El queso es popularmente conocido por su olor apestoso, que se ha comparado con el olor de los pies. Hoy en día, la mayor parte del queso se elabora exclusivamente en Alemania, lo que los convierte en el único productor de Europa.

Los queseros artesanales preparan este queso con leche de vaca pasteurizada procedente de granjas orgánicas locales. Como resultado, el sabor del queso es suave a pesar del olor apestoso.

El exterior del queso está cubierto con una fina corteza de color marrón anaranjado pálido, efecto de los lavados regulares.

En el primer mes, Limburger es firme y desmenuzable y se vuelve calcáreo y suave al final de las seis semanas. Después de dos meses, el queso es mucho más suave y cremoso. Después de tres meses, Limburger adquiere el infame aroma debido a la bacteria de la maduración del frotis. Este queso tiene un importante sabor a hierba y hongos subrayado por un delicado sabor al final.

Limburger va bien con cervezas de estilo belga y cerveza bock helada. Sabe mejor cuando se sirve entre dos rebanadas de pan de centeno oscuro y una rodaja de cebolla.