Cómo disfrutar el queso según la temporada como lo hacen los franceses

Los franceses no solo producen una cantidad increíble de quesos, sino que también los disfrutan de innumerables maneras. Y en particular, como ocurre con muchos otros alimentos, ciertos quesos están destinados a disfrutarse durante las diferentes estaciones.

Queso de Temporada

Para los amantes del queso francés, la reaparición de los quesos de cabra jóvenes y frescos cada primavera es siempre motivo de celebración. Cada otoño hay una emoción similar con la llegada de ruedas alpinas y quesos blandos añejos, con sabor a nuez, destinados a calentarse, derretirse y servirse como la pieza central de una comida abundante cuando las temperaturas comienzan a bajar.

Muchos quesos semiduros y duros producidos en los Alpes, los Pirineos y las montañas de Cantal cobran vida con el cambio de estaciones. En la primavera y el verano, los animales son llevados a pastos altos donde pastan con una dieta diversa de flores, pastos y hierbas antes de descender a sus establos para pasar el invierno. La leche dulce que producen durante los meses más cálidos se transforma en quesos ricamente madurados. Además, hay una variedad de quesos que se crearon para disfrutar de la leche más suave de otoño e invierno.

Comidas festivas… ¡con queso!

Una comida festiva en Francia casi siempre incluirá una generosa tabla de quesos, y muchas queserías ofrecen un Comté de Noël extra añejo para estos eventos especiales. Las ruedas de 3 años o más (con precios que reflejan el tiempo y el cuidado que se dedica a su larga maduración) aparecen cuando el país se prepara para las festividades de invierno. Estos quesos tienen sabores y aromas extremadamente complejos, desde mantequilla calentada hasta caramelo y chocolate con leche, y están salpicados de cristales crujientes de tirosina (aminoácido), que agregan una dulzura y textura deseables.

Tradiciones de la tabla de quesos

Durante una comida, el queso se sirve como un plato separado entre el plato principal y el postre e incluye pan, a veces algunas nueces, frutos secos o fruta fresca como uvas, manzanas o peras. El queso realmente está destinado a ser lo más destacado. Un número impar en un tablero se considera más atractivo visualmente, con al menos 3 para un grupo pequeño y más de 5 según la cantidad de invitados. También se recomienda ofrecer una selección de diferentes texturas, intensidades y tipos de leche para asegurarse de que haya un queso para que todos disfruten.

Queso, el Plato Principal

Aparte de las tradiciones de la tabla de quesos, los platos principales con quesos derretidos se han servido durante los meses de clima frío en las regiones montañosas durante siglos. Su popularidad se ha extendido por toda Francia (¡e incluso por todo el mundo!). Estas comidas se sirven con pan, vino y una ensalada verde para completar la riqueza del queso.

Algunos platos tradicionales de queso francés

Tartiflette es una cazuela decadente en capas de papas en rodajas, cortes gruesos de tocino, cebollas salteadas, crema y una cucharada o dos de vino blanco, cubierto con un disco partido por la mitad de queso Reblochon. Se cuece en el horno hasta que el queso se dore y burbujee, dando como resultado un plato sublime y cremoso.

Aunque los orígenes de la raclette se encuentran en Suiza, se ha convertido en un plato de invierno muy popular en Francia. El término «raclette» del verbo «racler», que significa «raspar», es tanto el nombre del plato como un tipo de queso semiduro que es el punto focal de la comida. La raclette se calienta a la llama o por medio de una parrilla eléctrica y, una vez derretida, se raspa sobre papas al vapor y diversas carnes a la parrilla o cortes de charcutería y se acompaña con pequeños encurtidos y vino blanco.

Uno de los quesos de otoño e invierno más esperados es le Mont d’Or, también conocido por su nombre francés más formal, le Vacherin du Haut-Doubs. Su creación está ligada a la producción del Comté, ya que históricamente la leche de primavera y verano estaba reservada para el Comté, pero ya en el siglo XIII, los queseros de la región montañosa del Jura utilizaban la leche de invierno de las vacas Montbéliarde y Simmental para hacer Mont d’ O para su consumo personal. Este queso especial está envuelto en una banda de corteza de abeto aromática que imparte un sabor a pino en el paté y mantiene el queso intacto. Mont d’Or a menudo se disfruta metiendo unas rodajas de ajo debajo de la cáscara, salpicando la parte superior con un poco de vino blanco y calentándolo en el horno. Surge como una fondue instantánea y se sirve con embutidos, salchichas ahumadas y patatas al vapor.

Su producción comienza el 15 de agosto y está disponible para su compra a partir del 10 de septiembre. Casi todos estos quesos se agotan a mediados de marzo, sin embargo, la temporada concluye oficialmente el 10 de mayo.

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