Gouda, o «How-da», como dicen los lugareños, es un queso holandés que lleva el nombre de la ciudad de Gouda en los Países Bajos. A decir verdad, es uno de los quesos más populares a nivel mundial y representa entre el 50 y el 60 % del consumo mundial de queso. Hay varios tipos de Gouda, clasificados por edad. De todos estos, los fanáticos incondicionales de Gouda prefieren probar el Gouda añejo, ya que sienten que se necesitan años de maduración para resaltar los sabores complejos del queso.

El Gouda añejo se prepara de manera similar a otros quesos Gouda separando la cuajada y el suero a través de un proceso de calentamiento. Al igual que con todos los demás quesos, el Gouda añejo adquiere su color al agregar un agente colorante llamado annatto. Con el envejecimiento, Gouda desarrolla cristales de lactato de calcio formados por el ácido láctico del queso. Ofrece un crujido agradable que es exclusivo de los quesos encerados. Sin embargo, la corteza de un Gouda de cinco años no es apta para el consumo humano.

Cuanto más tiempo se mantiene un queso en las bodegas de maduración, más aromático y sabroso se vuelve. De manera similar, el gouda añejo, como un queso añejo de cinco años, desarrolla un sabor fuerte que los aficionados al queso prefieren comer solo. Los acompañamientos parecen pálidos en comparación con su sabor a caramelo y robusto.

El queso gouda va bien con la cerveza y los vinos tintos. El sabor del Gouda Vintage o Añejo adquiere una nueva definición cuando se combina con algunos vinos blancos y vinos afrutados.